lunes, junio 15, 2009

La Memoria de los Sentidos

Hay momentos, lugares, instantes, donde repentinamente y sin previo aviso evocamos un momento pasado, suerte de deja-vu corporal apoderándose de nosotros. De pronto, escuchamos la voz de algún amigo recordándonos un consejo, o vemos en otra persona caminando a lo lejos los rasgos de un ser querido. Sucede también que a veces sentimos el mismo frío que aquella vez hace tantos años o mas extraño aun, podemos percibir el aroma de los pastelitos horneados por la abuela estando encerrados en una oficina.

Podríamos citar este fenómeno de algún modo? Será que entonces existe algo relacionado a una “memoria” de los sentidos? Estoy tratando de entender las razones desde diferentes lugares.

Para algún creyente seguramente la razón por la cual siento el mismo calor con el que me abrigaba mi abuelo de chico es que su espíritu ronda mi cuarto por las noches y posa una mano sobre mi cuerpo.

Para la psiquiatría, el hecho de que escuche los sonidos de un recital como si volviera a estar ahí es claramente un signo de esquizofrenia.

La ciencia probablemente afirme, desde una visión físico-química, que ciertas moléculas depositadas en mis fosas nasales se activan frente a determinadas condiciones atmosféricas del entorno generando un estimulo tal que vuelvo a percibir el aroma de tu piel como cuando te tengo en mis brazos.

Yo prefiero disentir y pensar que mi olfato esta evocando desde su memoria una sensación placentera. O mi oído tiene mejores cosas que escuchar que el sonido ambiente. Tal vez sea un sexto sentido esta memoria sensorial que actúa por su cuenta.

Quizás sea cierto. O tal vez los sentidos tengan la memoria de los peces. Quizás sea solo una muestra de mi incipiente esquizofrenia. Tan solo se que es algo que no quiero perder nunca.

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