lunes, agosto 09, 2010

Caos

La vida moderna, el caos existencial y real, el espacio tiempo en el que vivimos, todo es una gran vorágine que nos lleva al caos en un gran círculo vicioso que no se rompe sino que como un gran remolino engulle y deglute a su paso más y más vidas, en pos de la modernidad que está representada por automóviles que circulan a cientos de kilómetros por hora en autopistas de puro cemento que capturan vidas en su pavimento y provocan que los automovilistas armen mil piruetas por el aire antes de caer o de bajar a las calles de una ciudad donde la ley del más fuerte es la que manda ye sólo sobrevive el que logra imponerse ante el otro en una encerrada, una frenada o un cruce en el cual es atropellado un peatón que corría porque llegaba tarde a su trabajo en el cual le descontarían el presentismo por un par de segundos o un elegante oficinista que se descuidó hablando por celular a los gritos para obtener algunos dolares más en su empresa que descuenta el presentismo a trabajadores que llegan un par de segundos más tarde en pos de la
 m     o     d     e     r     n     i      d     a      d
y que luego deben mendigar un pedazo de pan o un remedio en una sala de emergencia sanitaria de un barrio humilde que no tiene recursos para atenderlo porque el puntero político se los apropió de manera tal que sólo su grupo de súbditos pueda acceder al premio en lugar de ganárselo dignamente y con trabajo porque saben que con un par de horas de una marcha pueden acceder a su futuro verdaderamente hipotecado en manos de un consejal corrupto e inescrupuloso que no habilita los recursos a los vecinos porque es hijo del tio del padre del hermano del vicegobernador de la provincia que llego al poder pisando cabezas de pobres inocentes y de soretes sin códigos que por tener algo de poder intuyen que pueden ser los reyes del universo y ni siquiera pueden contar hasta cinco sin comenzar tres veces porque no terminaron jamás de educarse y al igual que lo que el capitalismo propone en cuanto a la teoría del derrame, el gobierno derrama ignorancia desde lo alto a lo más bajo, generando violencia, envidia y eogísmo y el "sálvese quien pueda" y "el quiero lo del otro"
que hacen que un par de cesos en el suelo sean solamente alimento de las palomas y nada más o que embarazas mueran a balazos y escupan a su bebe que es violado antes de tocar el piso dos veces por un pederasta que no se conforma con mirar pornografía en internet y hacerse pajas con las colegialas que salen del colegio de la esquina de su casa porque siempre deseo que le volviera a romper el orto el curita de la iglesia del colegio al cual iba de pequeño, donde compartía orgías sin saberlo con los demás monaguillos y párrocos, que hoy marchan en una plaza defendiendo la desigualdad como el máximo derecho humano, sin ser dignos de ser, seguidos por una turda burda de títeres que buscan en la salvación eterna el perdón a las cagadas que día tras día hacen, porque es mejor patear al pobre y al desprotegido y mirar torcido al prójimo que es el enemigo, porque se puede matar si es por el cielo y se pueden enviar misiles si son por el bien pero no se puede cojer con forro porque satanás te va a picar con su tridente y no te va a dar lugar en la próxima repartija de planes sociales ni te permitirá ver el futbol gratis
porque a ese bien sólo acceden los puros de
alma que no duermen bajo los puentes de la ciudad ni entre las rejas de una plaza, sólamente los debidamente modernos puede acceder a esos privilegios,
los que siguen los códigos de la modernidad y del caos son los que pueden pisar cabezas y ganar millones en la televisión porque la modernidad es lo
instantáneo,
la modernidad es
un balazo en medio de la garganta, una puteada en la calle, un orgasmo fingido, una puta en televisión, un fraude en la bolsa, una hipoteca de la moral, una paja en la iglesia, un niño muerto de hambre al lado de mc donalds, una 4x4 atropellando una jubilada, una tumba abierta de par en par, un policia asaltando un banco, un discurso sin contenido, eso es la modernidad, seamos modernos, seamos caóticos, seamos cada día más humanamente modernos y brindemos nuestra vida a la  instantaneidad que la vida moderna nos entrega orgullosamente.

Madurez

Como hombre-niño que se estremece en cada paso hacia el final de su vida, corro inválido por la vereda de la desasón, ciego y marchito, iluminado por el caldero de mis entrañas. Voy en búsqueda de un rumbo que no encuentro, que se haya perdido entre las matas de la selva de la indecisión. Corro y tropiezo contra las rocas ardientes, vomito y me recuesto. Navego por el río infestado de golondrinas acuáticas y tristezas, dando brazadas al vacío, manotazos de un hombre que aún no desarrolló manos, alguna vez amputadas de cuajo por un angel vengativo, cruel castigo del que cree en la salvación eterna. Revuelvo entre las cenizas de mis entrañas, indago, observo, toco, gruño, me retuerzo, vuelvo a tocar, caigo al suelo con un gran alarido, repto entre los hongos y los gusanos, estiro un brazo, encojo una pierna, así una vez tras otra hasta caer en un profundo sueño.
En mis sueños se presentan imágenes cotidianas de gente común, hombres de oficina, mujeres de casa, niños jugando en la plaza, madres, abuelos, sobrinos.... despierto a la realidad y el panorama es devastador. Mujeres de trapo, hombres de plastilina, niños de fuego, cielos violetas, nubes de alcohol, neblina de esperma, rios de kerosene, suelos de terciopelo y acero.
Vuelvo a correr, despavorido, inconsciente, atónito. Vuelvo a repetir las mismas groserías, ya no soy un niño jugando a las escondidas. Corro asustado y penoso, me niego a aceptar lo que veo, me convenzo de que es mentira, sigo siendo un niño que pretende un entorno a su gusto y capricho. Salto, trepo, me agito, freno, enloquezco, retrocedo de nuevo y vuelvo a gritar por novena vez en un segundo del tiempo eterno.
La pesadilla del niño interior pelea con el sueño del adulto recién nacido una y otra vez, lucha continua y circular, termina y comienza, renace y muere, comprende y confunde, razona y enloquece....