miércoles, junio 02, 2010

De Cristopos y Famas

Recuerdo ese día como si fuera hoy, el día en que conocía a Cristopo. Yo estaba en un baño público, dispuesto a volcar mi mate cocido en el mingintorio cuando lo vi entrar. Caminó hasta donde estaba yo y desenvolvió su miembro. En ese momento me miró y pronunció esas palabras que marcaron mi vida por siempre:
-Hijo, voy a decirte algo... no se si mear o cagar!
Que sabio es el maestro. De que manera tan práctica me planteó el existencialismo humano. Increíble...

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