lunes, junio 07, 2010

Calambres

Nubarrones que se acercan
tormenta de arena al caer
granitos que giran en remolinos
ciegan los ojos del hombre.

El hombre que espera en el desierto
presiente el abismo a su lado
tambaleándose antes de cada paso
siente calambres en el corazón.

El corazón alguna vez marchito
teme perder su vitalidad
se revuelca en el pecho, salta
intenta al hombre alertar.

El hombre se encoje sobre sí
permanece inmóvil, expectante,
busca aquel rayo de sol en el cielo
la mirada perdida entre los nubarrones.

Con un golpe de manos, se sacude,
quita los nubarrones de arena de sus ojos
tapa el abismo a su lado con los pies
divisa el sol, ya no tiembla, ya no teme,
el desierto se transforma en pradera.

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