sábado, noviembre 07, 2009

Baldosas

Siempre caminaba por calles reales de mundos de fantasía. Se detenía a mirar las figuras que formaban las rajaduras en el suelo.
-Una arañita!! Y allá una nube! No lo había notado, acá hay un mate!
Seguía su paso, tranquilo y ansioso, como era habitual en él. Pasaba de vereda en vereda como si se tratara de niveles en un video juego de aventuras.
-Ahora viene el nivel de habilidad...
Y dibujaba un camino por entre las baldosas de diferente color que se alineaban a su paso.
-Ups, falta una en la línea, tengo que saltarla! Sí sí lo conseguí!
Y así marchaba una vez más, hacia otra aventura que lo esperaba pacientemente al borde de la siguiente casa. Esta vez no había rajaduras ni tampoco baldosas de otro color, pero eso no significaba nada, su imaginación era mucho más rica que las ideas de los vecinos.
-Bueno, piso una y dos salteo, piso una y dos salteo... ahi va!
A veces el desafío era demasiado complejo de llevar adelante y fallaba en el primer intento, pero seguí adelante con su juego. Otras tantas se lo impedía algún obstáculo con forma de señor oficinista apurado o pared de señoras regordetas avanzando sobre él. Pero la destreza de sus piernas y su cintura le daba una nueva oportunidad.
-Hoy es día de lluvía, hay charquitos!
Pocas cosas más "disfrutables" en el mundo que pisar charquitos un día lluvioso. De repente el cielo gris y cerrado se brindaba completo con un arcoiris de rayos de sol frente a la envidia de los demás transeuntes.
-Estoy llegando al objetivo, equilibrio sobre el cordón y... listo!
Y así el niño de su interior se las arreglaba para seguir jugando frente a la mirada indiferente del resto de la gente que presenciaba su magia sin notarlo ni siquiera un segundo.

1 comentario:

MARIELA dijo...

lectura de recreo =0) gracias niño